17 de octubre de 2015

VAMOS A HACER YOGA (YOGA III)




  El otro día, hicimos una primera aproximación al Yoga en un ambiente más distendido e informal, como un juego. Pero hoy después del patio hemos dicho: "Vamos a hacer YOGA". Hemos ido a la  sala de Psicomotricidad, con las persianas casi bajadas, luz tenue y música de fondo (ya sólo nos falta el incienso :). Nos hemos colocado en un gran círculo, para poder vernos todos. Nos ha acompañado Gema (maestra de apoyo), así es que hemos aprovechado para ir diciéndole una a una las adivinanzas que aprendimos la semana pasada. Cuando ella lo adivinaba, debían reproducir la postura correspondiente. Me han sorprendido, porque se acordaban de todas. Todo ello en un ambiente tranquilo, relajado y de silencio (con la música de fondo). Con cada postura, yo recuerdo el nombre, verbalizo la posición y alguno de los beneficios que nos aporta. Esto se hace así en cada sesión. Al menos es como yo lo recibo y como a mi me gusta hacerlo. 

Ejemplo: La hoja plegada. Rodillas en el suelo, sentados sobre los talones, frente en el suelo, brazos apoyados hacia detrás.Calma la mente y nos ayuda a aliviar el cansancio.





   Al final, nos hemos tumbado en el suelo boca arriba, mano/s apoyada/s en el abdomen para percibir la respiración abdominal

  A continuación, hemos hecho una visualización. La han escuchado otras veces en clase. Es como un pequeño cuento en el que han de ir imaginando y reproduciendo mentalmente las situaciones que yo les narro y en las que ellos son los protagonistas.






   Imagina que vas a hacer una excursión con la familia. Ha salido un día precioso de Otoño. Coges la mochila donde llevas una botella de agua y un bocata y empiezas a caminar. Sigues un pequeño sendero fijándote en las rallas rojas y blancas pintadas  que nos indican el camino a seguir. A lo largo del recorrido, vas encontrándote con grandes árboles cubiertos de hojas marrones, amarillas, naranjas y rojizas. De repente, empieza a soplar una suave brisa que mueve las ramas de los árboles, y las hojas mecidas por el viento, empiezan a volar y a caer suavemente sobre ti. Parece una lluvia de hojas. Al caminar, las hojas pisadas hacen ruido al romperse bajo tus pies "crac-crac". Te detienes brevemente a descansar mientras comes el bocata que llevas para reponer fuerzas. Descubres que debajo del tronco en el que estaás apoyado hay una pequeña familia de setas (como en el cuento "La familia de Bolets"). Emprendes de nuevo el camino. Al poco rato, una nube tapa el sol y empiezan a caer gotitas de lluvia. Nos caen en la cabeza, en la cara, en el cuerpo... Pero no nos molesta, porque no hace frío y solo chispea. Nos gusta sentir la sensación de frescor que nos proporciona. Poco después llegas al coche. Está muuuyy cansados. Te quitas la mochila y la chaqueta, subes a la silla y Papá y Mamá te abrochan el cinturón. El coche se pone en marcha. Nos pesa todo el cuerpo de la caminata: la cabeza, el cuello, los hombros, los brazos, las manos, las piernas, los pies, los ojos, las orejas... (nombro todas las partes del cuerpo). Cerramos los ojos y enseguida nos quedamos dormidos. Respiramos profundamente mientras el coche sigue su camino.


   Historias que transmitan sensaciones. En Verano, el cuento transcurría en la playa. Hacía muucho calor. Nos metíamos poco a poco en el agua: pies, tobillos, piernas... Al salir nos tumbábamos en la arena sintiendo el sol en cada parte de nuestro cuerpo y al final también nos quedábamos dormidos. Estas historias les gustan mucho, intento contársela igual cada vez (se acuerdan) mientras voy caminando entre ellos con la voz suave, muy despacio y  tranquila.

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